La MacBook, el iPod, el iPhone… Todos fueron diseñados por Steve Jobs y su equipo. Apple y Pixar, dos de las compañías más influyentes del mundo, nacieron gracias a su mente visionaria. El mundo cambió por su creatividad.

Steve Jobs fue adoptado por Paul y Clara Jobs, de Mountain View, California. Paul era un mecánico y carpintero talentoso que le enseñó a Steve el placer de armar máquinas.

Durante el proceso de adopción, la madre biológica de Steve exigió que, por contrato, los padres adoptivos se comprometieran a darle una educación universitaria.

Cumpliendo ese compromiso, Paul y Clara lo enviaron a Reed College en Portland, Oregón. Pero cuando Steve se dio cuenta del enorme sacrificio financiero que significaba para sus padres, abandonó la universidad sin avisarles. Aun así, siguió asistiendo como oyente a las clases que le interesaban.

Aunque quería evitarles el gasto, también tenía un deseo profundo de expandir su mente. Una de las clases que eligió fue con un reconocido tipógrafo mundial: Robert Palladino. Aunque la caligrafía no tenía relación directa con sus intereses en mecánica o tecnología, Steve quiso experimentar algo completamente nuevo.

Años más tarde, Steve confesó que ese curso despertó en él el amor por el diseño estético. Esa experiencia inspiró la belleza visual de los productos Apple, un elemento clave en su enorme éxito.

Nunca sabes lo que puede pasar cuando decides expandir tu mente hacia nuevos territorios. Nuevas ideas nacen cuando te expones a lo inesperado. Expande tu mente y expandirás tus oportunidades.

Dios da ideas e inspiración, pero necesitas abrir tu mente para abrazar Su propósito para tu vida.

La Biblia dice en Efesios 5:16:
“Aprovechen al máximo cada momento oportuno…” —NVI

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