En 1931, un arquitecto desempleado llamado Alfred Butts tenía dos objetivos: inventar algo que ayudara a las familias a pasar tiempo juntas y, con suerte, generar ingresos con su idea.
Gracias a una gran intuición —y al tiempo libre que le dejó la Gran Depresión tras perder su empleo— Butts reflexionó que probablemente había millones de personas en la misma situación: sin trabajo, pero con más tiempo disponible.
Decidió entonces organizar sus ideas en forma de un juego familiar. Utilizó sus habilidades como arquitecto para diseñar un juego divertido y competitivo que toda la familia pudiera disfrutar junta.
El juego fue tan popular entre sus amigos que en 1948, Alfred y su esposa montaron un pequeño taller para fabricarlo ellos mismos y comenzaron a venderlo en tiendas locales.
La demanda fue creciendo año con año, hasta que en 1953 la empresa Selchow & Righter compró los derechos del juego. Desde entonces, la idea de Butts se ha convertido en el segundo juego más popular del mundo, generando cientos de millones de dólares.
Pero más allá del éxito comercial, lo más valioso es su propósito original: Scrabble fue creado para unir a las familias (es, de hecho, el juego favorito de los padres de mi esposa).
Agradece a Dios por tu familia. Haz todo lo posible por mantenerte cerca y unidos a los tuyos.
La Biblia dice en Colosenses 3:14:
«Y sobre todas estas virtudes, revístanse de amor, que es el lazo perfecto que las une.» —NVI
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