¿Qué tienen en común Rudolph, Ole y James?

Los tres fueron inventores excepcionales que carecían del sentido básico para los negocios. Eran brillantes, pero se negaban a pedir ayuda.

Rudolph estaba fascinado con la naciente industria del automóvil y experimentó hasta que creó el mejor motor de su tiempo. Su motor tenía un rendimiento superior y una vida útil más larga. Sin embargo, el negocio de Rudolph fracasó por completo porque no permitía que nadie lo ayudara a comercializar su motor. Rudolph Diesel estaba años adelantado a su competencia, pero fracasó porque no sabía manejar un negocio. Su negativa a pedir ayuda condenó su empresa.

Ole Evinrude inventó el primer motor fuera de borda para botes, pero parecía inútil para organizar y vender. Justo cuando todo parecía perdido, su esposa Bess utilizó su notable habilidad para los negocios y logró salvar la empresa.

James Murray Spangler inventó la primera aspiradora, pero no sabía nada de marketing. Su invento pudo haber desaparecido en la historia si William Hoover no hubiera intervenido para venderlo y llevarlo al mercado.

Sea lo que sea que hagas, busca ayuda para hacerlo mejor. Combina los dones que Dios te ha dado con los que ha dado a los demás. Puedes lograr mucho más cuando decides pedir ayuda.

La Biblia dice en Eclesiastés 4:12 (NTV):
«Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir; y una cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente.»

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